Inteligencia artificial (IA): una guía para entenderla

Hasta hace solo unas décadas, hablar de inteligencia artificial (IA) sonaba a película de ciencia ficción. Sin embargo, en la actualidad, la hemos integrado en nuestro día a día hasta tal punto que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de que está ahí. Pero ¿qué es la inteligencia artificial realmente? ¿cómo funciona y cuáles son sus usos? Podemos obtener muchísima información a partir de los datos, que son el corazón de la inteligencia artificial. Navegamos a través de su historia para descubrir todos los detalles que la han ido moldeando y nos planteamos cómo puede ser su futuro y hasta dónde puede llevarnos la cultura de datos.

Qué es la inteligencia artificial

No resulta sencillo resumir en una sola frase qué es la inteligencia artificial, entre otras cosas, porque se trata de una ciencia en constante cambio y evolución. Pero, si buscamos ser concisos, podríamos definirla como la capacidad que tiene un ordenador o cualquier otro tipo de máquina artificial de llevar a cabo tareas que reconocemos como propias de la inteligencia humana.

Para ello, la inteligencia artificial tiene que resolver ciertas cuestiones, como el conocimiento necesario para abordar acciones o procedimientos concretos, y la forma de representar y utilizar ese conocimiento.

En definitiva, la inteligencia artificial debe enfrentarse continuamente a problemas del mundo real y debe ser capaz de solucionarlos con éxito.

Cómo funciona la inteligencia artificial

Tras haber concretado lo que es, llega el momento de entender cómo funciona la inteligencia artificial. Y podríamos decir que, de alguna manera, su funcionamiento tiene ciertas similitudes con el de la propia mente humana.

En primer lugar, la inteligencia artificial recibe los datos, que pueden ser de muchos tipos según el problema que queramos que resuelva: voz, texto, imágenes...

Inmediatamente, el sistema procesa estos datos haciendo uso de una serie de reglas y algoritmos que le permiten interpretar la información y predecir ciertos patrones. De esta forma, se produce un aprendizaje automático, que es lo que llamamos machine learning.

La inteligencia artificial evalúa los resultados obtenidos y utiliza estas evaluaciones para ajustar los datos de entrada, las reglas, los algoritmos y los resultados previstos. De esta manera, el proceso se repetirá una y otra vez, en incontables rondas de prueba y error, hasta que la inteligencia artificial va siendo más y más efectiva a la hora de resolver el problema.

En resumen, y simplificando mucho cómo funciona la inteligencia artificial, podríamos concretar su comportamiento en tres pasos:

  1. Identifica patrones a partir de grandes cantidades de información.
  2. ‘Aprende’ a tomar decisiones de manera autónoma.
  3. Evalúa continuamente los resultados hasta dar con la solución buscada.

Inteligencia artificial y machine learning están estrechamente relacionados, y podrían llegar más allá de lo que, en ciertos contextos y ocasiones, alcanza la propia mente humana. Sin embargo, en la actualidad, se encuentran todavía en pleno desarrollo y lejos de alcanzar la potencia de nuestro cerebro en muchas áreas.

Para qué sirve la inteligencia artificial: sus principales aplicaciones

La inteligencia artificial se puede aplicar en todas las industrias y áreas del conocimiento. A continuación, vemos algunos de los ejemplos más significativos:

Inteligencia artificial en marketing y ventas

La inteligencia artificial permite pronosticar las futuras compras de los usuarios basándose en sus búsquedas, en sus diferentes interacciones, en los intereses que revelan al navegar por la red y en su historial de compras, entre otras cosas. De este modo, selecciona productos o servicios que a esa persona le pueden interesar, para mostrárselos como recomendaciones en el momento de hacer sus compras en marketplaces como Amazon o AliExpress. Es así como consigue hacer más efectiva la publicidad, para que alcance al cliente potencial adecuado.

Inteligencia artificial y robótica

Inteligencia artificial y machine learning representan un papel crucial en el universo de la robótica. Hasta hace relativamente poco, los robots eran programados para llevar a cabo procesos repetitivos, que no dejaban espacio alguno para la interacción ni para el diálogo. Sin embargo, con la llegada de la inteligencia artificial, los robots del presente pueden tomar decisiones basadas en sus propias experiencias y pronósticos, sin necesidad de ser programados para esa respuesta concreta. Se emplean para llevar a cabo tareas de calidad (son fundamentales para encontrar defectos en la producción), tareas de separación, reconocimiento de parones, gestión de stock en almacenes, etc.

Inteligencia artificial y transporte

El transporte terrestre es uno de los campos en los que la inteligencia artificial se ha aplicado con mayor éxito hasta la fecha.

Por un lado, la industria del automóvil se ha beneficiado de esta tecnología al incorporarla tanto a los procesos de fabricación (pueden monitorizar en tiempo real cada escala del envío de un componente y saber exactamente cuándo van a recibirlo en la planta de montaje, por ejemplo), como al interior de los propios vehículos (los sistemas de inteligencia artificial informan a los conductores sobre el tráfico, los ayudan a trazar rutas más eficientes y a evitar posibles colisiones, entre otras muchas funcionalidades).

Mención aparte merece la conducción autónoma, que avanza con tranquilidad pero sin pausa, y que no sería posible sin el desarrollo de la inteligencia artificial. Firmas como Tesla, Waymo y Cruise están desarrollando vehículos con distintos niveles de conducción autónoma y sistemas avanzados de asistencia al conductor, que podrían cambiar por completo el modo de viajar que conocemos hasta la fecha.

Inteligencia artificial y salud

La medicina personalizada es ya una realidad con el desarrollo de la inteligencia artificial. Conecta y compara datos de distintos pacientes para llegar a conclusiones que permitan tomar decisiones terapéuticas de forma individualizada. Se apoya en las necesidades y en las características únicas de cada paciente para abordar sus problemas de salud de manera más precisa y desde un prisma completamente personalizado.

La recolección de toda esta información facilita, así, el desarrollo de patrones que distinguen factores genéticos susceptibles de desarrollar una dolencia, la detección de enfermedades a partir del reconocimiento de sus síntomas o de datos diagnósticos (radiografías, análisis de sangre, etc.), y la identificación de moléculas que podrían conducir a desarrollar productos farmacéuticos más efectivos.

Además, inteligencia artificial y machine learning son capaces de optimizar el rendimiento operativo de los hospitales, lo que ayuda a ahorrar costes, a poner en práctica una buena gestión del personal y a tomar medidas que minimicen el porcentaje de reingresos hospitalarios.

Inteligencia artificial y educación

Una educación más personalizada y verdaderamente adaptada a cada alumno es posible aplicando tecnologías de inteligencia artificial y machine learning. Ya se encuentran disponibles, de hecho, programas y software de aprendizaje adaptativo, que hacen uso de la inteligencia artificial para detectar qué materias y qué temas debe reforzar cada estudiante, para trabajarlos de una forma más precisa y focalizada hasta dominarlos por completo. Así, los alumnos aprenden más rápido y se encuentran más motivados, lo que a la larga podría traducirse en mejores resultados académicos y menores tasas de abandono escolar.

Pero esta tecnología no se queda aquí: ofrece a los profesores datos en tiempo real sobre el progreso de cada alumno, de manera que puedan atender sus necesidades de una forma más individualizada. Del mismo modo, los orienta a la hora de avanzar o profundizar un poco más en el temario, y les permite centrarse en las dificultades encontradas.
En definitiva, la inteligencia artificial presenta ventajas muy claras tanto para los estudiantes como para los profesores de todos los niveles y todas las materias educativas.

Inteligencia artificial y recursos humanos

La inteligencia artificial facilita sobremanera los procesos de selección de personal al encargarse de filtrar los perfiles que verdaderamente se ajustan al puesto que se busca cubrir basándose en patrones preestablecidos en función de las necesidades reales de la empresa.
Además, puede llegar a determinar cuáles son los profesionales con un mayor índice de productividad o incluso aquellos que tienen mayores posibilidades de dejar la compañía en busca de nuevas oportunidades.
Es así como inteligencia artificial y machine learning inciden directamente en el rendimiento de los equipos y en la rentabilidad de la empresa, lo que hace el trabajo de los responsables de recursos humanos un poco más fácil y, decididamente, más efectivo.

Inteligencia artificial y asistentes virtuales

Se espera que, en los próximos años, muchas compañías automaticen sus servicios de atención al cliente delegando este trabajo en asistentes virtuales y chatbots. Buena parte de los que se encuentran disponibles en la actualidad recurren ya a la inteligencia artificial para averiguar la intención del usuario y determinar de qué manera pueden ayudarle mejor. Son capaces de cambiar una contraseña, de solicitar una devolución, de concertar una cita o incluso de resolver dudas cada vez más complejas.

Y no podemos olvidarnos tampoco de asistentes virtuales como Alexa, Bixby, Google Assistant o Siri, totalmente integrados ya en nuestras rutinas.
Existe todavía un camino muy largo por recorrer para que puedan asemejarse a un ayudante humano, pero lo cierto es que los asistentes virtuales son cada vez más intuitivos y más conversacionales.

Inteligencia artificial y redes sociales

La inteligencia artificial aplicada a las redes sociales facilita que los usuarios encuentren contenido de su interés cada vez que ingresan en estas plataformas a través de su perfil. Por ejemplo, a una persona que suele interactuar con publicaciones relacionadas con el mundo de la moda le sugerirá contenido que tenga que ver con tendencias a la hora de vestir, cómo combinar prendas, novedades de cada temporada…

También podemos aplicar este criterio a la publicidad en redes sociales. Conociendo datos como la edad, el sexo, el lugar de residencia y el tipo de contenido con el que interactúa, la inteligencia artificial puede tomar decisiones sobre el tipo de publicidad que puede lograr mejores resultados si se le muestra en ese momento concreto a ese usuario.

 

Un poco de historia

El ser humano ha perseguido la idea de crear una inteligencia artificial prácticamente desde el inicio de los tiempos, pero no fue hasta 1936 cuando esta empezó a perfilarse de verdad. El responsable fue el matemático británico Alan Turing, considerado ‘padre de la informática’, nombre clave en la historia de la inteligencia artificial y una de las mentes más brillantes del siglo XX. Propuso el concepto de máquina universal, que no es sino una herramienta matemática equivalente a un ordenador que calcula una relación de entrada y salida, y que ha sido desde entonces el modelo de computación más utilizado.

Con su trabajo, Turing fue capaz de descifrar los códigos de la máquina alemana Enigma en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, lo que se estima que pudo adelantar entre dos y cuatro años el final del conflicto. En 1950, el matemático publicó su Test de Turing, una prueba que determina si un dispositivo es o no inteligente, y que no fue superado por una inteligencia artificial hasta el año 2014.

Pero, hasta entonces, fueron muchos los intentos de emular la mente humana, y ya en los años 50 el científico y matemático estadounidense John McCarthy acuñó el término ‘inteligencia artificial’ para referirse a la ciencia de crear máquinas inteligentes.

El primer chatbot de la historia de la inteligencia artificial, bautizado como ELIZA, nació en 1966 de la mano del programador Joseph Weizenbaum. Fue uno de los primeros programas capaces de procesar lenguaje natural y conversar con el usuario. Le seguirían otros como A.L.I.C.E. (Artificial Linguistic Internet Computer Entity) o Kuki (antes conocido como Mitsuku), que se mantiene en continuo desarrollo.

Pero, si tuviéramos que marcar una fecha clave en la historia de la inteligencia artificial en las últimas décadas, esa sería el año 1997, cuando el ordenador Deep Blue de la compañía IBM le ganó una partida de ajedrez al mismísimo Gary Kaspárov, considerado entonces el mejor ajedrecista de la historia. Este episodio supuso un verdadero hito y demostró al mundo que la inteligencia artificial era ya una realidad más que evidente.

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El futuro de la inteligencia artificial

Ya no entendemos el mundo sin las facilidades que nos brinda, pero lo cierto es que la historia de la inteligencia artificial no ha hecho más que comenzar. Aún son muchos los avances que nos quedan por descubrir en un futuro en el que la cultura de datos se irá implantando a pasos agigantados, con todas las ventajas que ello supone.

Estos serían solo algunos de los retos que el futuro de la inteligencia artificial tiene por delante:

  • El desarrollo de los vehículos autónomos, y la revolución a nivel logístico y de transporte que plantean.
  • La detección temprana de enfermedades, ayudando a analizar las pruebas y la información de cada paciente de una manera más precisa y eficaz.
  • La lucha contra el cambio climático, orientándonos para reducir la emisión de contaminantes en nuestro día a día.
  • El perfeccionamiento de los drones de reparto a domicilio y de los drones enfocados a actividades agrícolas, como recolectar frutas o verduras, detectar plagas, localizar problemas de riego, etc.

La inteligencia artificial continuará transformando nuestras vidas hasta tal punto que algunos expertos hablan ya de una cuarta revolución industrial con esta tecnología como protagonista. No parece algo descabellado. Nos espera un futuro rebosante de posibilidades.